Alfonso XIII y Miguel Primo de Rivera (septiembre 1923)
Al país y al Ejército: Españoles: Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos amando la Patria no ven para ella otra salvación que libertarla de los profesionales de la política, de los que por una u otra razón nos ofrecen el cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron el año 98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la política de concupiscencias ha cogido en sus mallas, secuestrándola, hasta la voluntad real. Con frecuencia parecen pedir que gobiernen los que ellos dicen no dejan gobernar, aludiendo a los que han sido su único, aunque débil, freno, y llevaron a las leyes y costumbres la poca ética sana, el tenue tinte de moral y equidad que aún tienen; pero en la realidad se avienen fáciles y contentos al turno y al reparto, y entre ellos mismos designan la sucesión.
Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina. Basta ya de rebeldías mansas, que, sin poner remedio a nada, dañan tanto y más a la disciplina que está recia y viril a que nos lancemos por España y por el Rey.
Este movimiento es de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en un rincón, sin perturbar los días buenos que para la patria preparamos. Españoles: ¡Viva España y viva el Rey!
No tenemos que justificar nuestro acto, que el pueblo sano demanda e impone. Asesinatos de prelados, ex gobernadores, agentes de la autoridad, patronos, capataces y obreros; audaces e impunes atracos; depreciación de la moneda; francachela de millones de gastos reservados; sospechosa política arancelaria [...] porque quien la maneja hace alarde de descocada inmoralidad; rastreras intrigas políticas tomando por pretexto la tragedia de Marruecos; incertidumbre ante este gravísimo problema nacional; indisciplina social, que hace al trabajo ineficaz y nulo, precaria y ruinosa la producción agraria e industrial; impune propaganda comunista; impiedad e incultura; justicia influida por la política; descarada propaganda separatista [...]. PRIMO DE RIBERA, M. (1923): Manifiesto tras el golpe de estado; ABC, 14 de septiembre de 1923.
Hemos relevado al alto comisario en Marruecos. Era incapaz, y llevaba su osadía al punto de entrometerse en la organización de las operaciones militares. Hemos nombrado alto comisario y general en jefe al general Aizpuru, que ha sido hasta ahora ministro de la Guerra. Va con plenos poderes. Con tan plenos poderes, que nosotros no tendremos que ocuparnos de Marruecos para poder estar atentos al magno problema de la reconstitución nacional. El general Aizpuru, además de ser uno de nuestros mejores generales, es competentísimo en el problema marroquí, y no necesitará de nuestros consejos, sino que, al contrario, él es quien podrá darlos. [...] En la zona Oriental no hay más remedio que operar. No es éste el caso del Raisuni. No vamos a pactar con un rebelde como Abd-el-Krim, que a todo intento pacífico responde construyendo trincheras para asesinar impunemente a nuestros soldados. El ejército no quiere guerra; pero sí necesita establecer sólidamente su prestigio ante el enemigo. [...] Pasaremos por Annual; digo que pasaremos, y no digo que vayamos a establecer allí una posición. Veremos lo que se hace; pero una vez que nuestras tropas hayan pasado por Annual. El honor del Ejército queda satisfecho. PRIMO DE RIVERA, M. (1923): Declaraciones a el diario El Sol [hemeroteca] el 16 de septiembre.
Señor: recogidos en una docena de días anhelos del alma popular, despertada a la vida ciudadana por la conmoción nacional del 13 de septiembre, pocos tan intensa y unánimemente expresados como el de ver sustituidos en las corporaciones municipales a los hombres, a la vez semilla y fruto de la política partidista y caciquil, que con poca eficacia y escrúpulo venían entorpeciendo la vida administrativa de los pueblos. Ello justifica la propuesta que el Directorio eleva a V.M. por mi conducto de disolver todos los ayuntamientos de España [...]. El carácter general de esta medida no puede implicar desconcepto ni censura, que sería injusta, ni para todas las corporaciones municipales, ni para todos los alcaldes, pues, aunque en corta proporción, unas y otros han ofrecido ejemplos de actuación ciudadana que justifican esta salvedad. PRIMO DE RIVERA, M. (1923): Real decreto de disolución de los ayuntamientos de España, 30 de septiembre.
Artículo segundo. Las infracciones que contra lo dispuesto en este decreto-ley se cometan se castigarán del modo siguiente: Ostentación de banderas que no sean la nacional: seis meses de arresto y multa de 500 a 5.000 pesetas para el portador de ella o para el dueño de la finca, barco, etc. Expresar o escribir en idiomas o dialectos; las canciones, bailes, costumbres y trajes regionales no son objeto de prohibición alguna, pero en los actos oficiales de carácter nacional o internacional no podrá usarse por las personas investidas de autoridad otro idioma que el castellano, que es el oficial del Estado Español, sin que esta prohibición alcance a la vida interna de las corporaciones de carácter local o regional, obligadas no obstante a llevar en castellano los libros oficiales de registros y actas, aun en los casos en que los avisos o comunicaciones no dirigidas a las autoridades se hallen redactadas en lengua regional. PRIMO DE RIVERA, M. (1923): Real decreto contra el separatismo, 18 de septiembre.
Yo quiero llamar la atención sobre el peligro que para la unidad y fortaleza de la patria se deriva de la mera aceptación de este criterio y sobre lo fácil e inevitable que es pasar del concepto de “región” al de “nación”, o sea, al de disgregación, es decir, a deshacer la obra que iniciaron Isabel y Fernando y reafirmó la división provincial del año 1833. […] De la región, ni hablar, pues al que tal lema aliente en España, va derecho e irremediablemente a entibiar lazos de afecto, a crear pugnas, a debilitar el Estado y a la nación, a fomentar ambiciones difíciles de saciar, a descomponer solidaridades que son precisas, a desintegrar esfuerzo y a dañar a España. PRIMO DE RIVERA, M. (1925): El peligro de la región.
Dictadura Primo de Rivera, fragmento de Memoria de España
En suma, señor, para exponer mi pensamiento clara y sinceramente, lo que propongo a V. M. es la sustitución de una dictadura militar por otra civil y de organización más adecuada pero no menos vigorosa. Y me permito proponerlo así, recogiendo el ansia popular, que sólo teme del cambio de forma de gobierno que se debiliten los resortes del mando que han sido carácter del Directorio militar, cuya vida, como genuina representación del ejército y de la marina, que tan patrióticamente han ofrecido el prestigio de sus nombres corporativos a esta arriesgada labor, no debe llevarse a momento de desgaste o de quebranto; ni tampoco debe sustraerse por más tiempo al país, en su representación civil, que es la adecuada y tan manifiestamente está a nuestro lado, la participación y la responsabilidad en la obra de reconstituirlo y reeducarlo administrativa y políticamente. PRIMO DE RIVERA, M. (1925): Comunicación a Alfonso XIII.
Solamente ha cambiado una cosa después del Directorio, y es que se puede pasear con dinero en el bolsillo sin temor a un percance; que ya no hay huelgas, que nuestras fábricas marchan y que los patronos no ven cada mañana a los obreros revólver en mano presentándose ante ellos para asesinarlos o para imponerles su voluntad [...] El general Primo nos ha hecho saltar por encima de la Constitución, y esto es grave, ¡evidentemente! [...] ¿Hubiera podido conjurar las huelgas y regenerar el espíritu político de España sin salirse de la Constitución? ¡La Constitución! Qué palabra más ligera ante la seguridad y la calma que vuelven a serle restituidas al pueblo [...] Si volviese a abrir el Parlamento, se vería cómo los viejos partidos, que llevaban el país a la ruina, volverían a reanudar sus disputas y a continuar en sus charloteos desde el punto preciso en que fueron interrumpidos por el general Primo...¿De qué se compone el parlamentarismo, tan poco rico en fórmulas como en caracteres? Un ideal intangible para los privilegiados que viven de él; eso es todo [...] Para complacer a seis mil personas, ¿íbamos a sacrificar a veinte millones?. ALFONSO XIII (1925): Declaraciones al periódico francés París-Midi.
El aprovechamiento intenso, máximo, de los recursos hidráulicos de las cuencas de nuestros grandes ríos, exige un proceso riguroso, metódico, ordenado, que hasta ahora no ha sido seguido, con grave daño de uno de nuestros principales elementos de riqueza. El agua meteórica que puede arrasar los mejores y más productivos terrenos de nuestras fértiles vegas en época de excesiva abundancia, llega a faltar en las de escasez para satisfacer las necesidades más apremiantes de buena parte del territorio nacional, que por tal motivo no puede sustentar más que una población escasísima con los productos de una agricultura rudimentaria, de cuyo atraso es causa justificada la inseguridad. Para lograr ese grado de aprovechamiento, es, pues, preciso atender a la regularización, que es base obligada para la alimentación estival de los regadíos. PRIMO DE RIVERA, M. (1926): Real Decreto de las Confederaciones Hidrográficas, del 5 de marzo.
¡Paladín de la patria redimida!
¡Recio soldado que pelea y canta!
¡Ira de Dios, que cuando azota es santa!
¡Místico rayo que al matar es vida!
Otra es España a tu virtud rendida:
Ella es feliz bajo tu noble planta.
Sólo el hampón que en odio se amamanta
Blasfema ante tu frente esclarecida.
Otro es el mundo ante la España nueva:
Rencores viejos de la edad medieva
Rompió tu lanza que a los viles trunca.
Ahora está en paz tu grey bajo el amado
Chorro de luz de tu inmortal cayado.
¡Oh pastor santo¡ ¡No nos dejes nunca!.
BALBONTÍN, J. A. (1929): Poema ganador del concurso literario del periódico La nación [hemeroteca], publicado el el 15 de abril.
Dictadura de M. Primo de Rivera de Rafael Urías
Dictadura de M. Primo de Rivera por Wikipedia, Congreso de los Diputados
Audiovisuales "La dictadura de M. P. de Rivera" por Clionautas;
Podcast "Dictadura de M. P. de Rivera" de Ruta por la Historia; "Dictadura de M. P. de Rivera" de La escafandra; y "Canciones de 1927" de UNED.
PRÁCTICA [2º Bach.]: "Protagonistas del Reinado de Alfonso XIII (1902-31)".
Cine:
Fuentes: El mundo, Daniel Gómez Valle