Actualizado a 21 de noviembre de 2024

La Guerra Civil Española


"Las circunstancias gravísimas por que atraviesa la Nación, debido a un pacto electoral [Frente Popular] que ha tenido como consecuencia inmediata que el Gobierno sea hecho prisionero de las Organizaciones revolucionarias, llevan fatalmente a España a una situación caótica, que no existe otro medio de evitar que mediante la acción violenta. Para ello los elementos amantes de la Patria tienen forzosamente que organizarse para la rebeldía, con el objeto de conquistar el Poder e imponer desde él el orden, la paz y la justicia. Esta organización es eminentemente ofensiva; se ha de efectuar en cuanto sea posible, con arreglo a las siguientes bases:
Base 1: La conquista del Poder ha de efectuarse aprovechando el primer momento favorable, y a ella han de contribuir las Fuerzas Armadas, conjuntamente con las aportaciones que en hombres y material y elementos de todas clases faciliten los grupos políticos, sociedades e individuos aislados que no pertenezcan a partidos, sectas y sindicatos que reciban inspiraciones del extranjero, socialistas, masones, anarquistas, comunistas, etc. [...]
Base 5: Producido el movimiento y declarado el estado de guerra [...]. Se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien organizado. Desde luego serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al movimiento, aplicándoles castigos ejemplares a dichos individuos para estrangular los movimientos de rebeldía o huelgas.
Base 6: Conquistado el Poder, se instaurará una Dictadura militar que tenga por misión inmediata restablecer el orden público, imponer el imperio de la Ley y reforzar convenientemente al Ejército [...]". MOLA, E. (1936, finales de abril): Instrucción reservada número 1 de los conspiradores.

"La Guerra Civil Española", por Academia Play.

Españoles: a cuantos sentís el santo amor a España, a los que en las filas del Ejército y la Armada habéis hecho profesión de fe en el servicio a la Patria, a cuantos jurasteis defenderla de sus enemigos hasta perder la vida, la nación os llama en su defensa. La situación de España es cada día más crítica, la anarquía reina en la mayoría de los campos y pueblos; autoridades de nombramiento gubernativo presiden, cuando no fomentan las revueltas: a tiros de pistola y ametralladoras se dirimen las diferencias entre los ciudadanos que alevosa y traidoramente asesinan sin que los poderes públicos impongan la paz y la justicia […]. ¿Es que se puede consentir un día más el vergonzoso espectáculo que estamos dando al mundo? […] Españoles: ¡Viva España! ¡Viva el honrado pueblo español!. FRANCO, F. (1936): Manifiesto de Tetuán del 17 de julio de 1936.
"El general Franco insiste en que vencerá.
- ¿Tendrá que matar a la mitad de España?. - Triunfaré cueste lo que cueste. […]
Acabo de llegar de Tetuán donde he tenido una entrevista sensacional con el general Francisco Franco, jefe de los rebeldes españoles. Salí de su caluroso cuartel general con dos convicciones: 1º realmente cree que tiene todavía la posibilidad de dominar a la República y 2º si considera posible el fracaso cercano tendrá la tentación de provocar un incidente internacional de la mayor gravedad.
A mi pregunta: - ¿Ahora que el golpe ha fracasado en sus objetivos, por cuánto tiempo seguirá la matanza? Contestó tranquilamente: - No habrá compromiso ni tregua, seguiré preparando mi avance hacia Madrid. Avanzaré – gritó –, tomaré la capital. Salvaré España del Marxismo, cueste lo que cueste.
Le pregunté si no había llegado el momento de las tablas. Me miró con lo que creo era auténtica sorpresa y dijo: - No, no ha llegado. He tenido dificultades, la deserción de la flota fue un duro golpe, pero seguiré avanzando. Pronto, muy pronto, mis tropas habrán pacificado el país y todo eso […] será pronto algo como una pesadilla.
Pregunta: - ¿Qué haría su gobierno si venciera? General Franco: - Yo establecería una dictadura militar y más tarde convocaría un plebiscito nacional para ver lo que el país quiere. Los españoles están cansados de política y de políticos  […].
Pregunta: - ¿Cómo consiguió usted colaborar con la República con aparente lealtad durante tanto tiempo? (Franco fue jefe de Estado Mayor en 1934 y 1935). General Franco: - Colaboré realmente todo el tiempo en que pensé que la República representaba la voluntad popular.
Pregunta: - Y las elecciones de febrero, ¿no representaron la voluntad popular? General Franco: - Las elecciones nunca la representan […].
Pregunta: - ¿Pero cómo va a pacificar España si la matanza sigue? ¿No teme que una guerra civil prolongada destruirá a la República, destruirá el Ejército y la Marina y dejará el camino abierto al comunismo? General Franco: - No. Los ejércitos se forjan en la guerra. Esta es la lucha entre la España verdadera y los marxistas […]”. ALLEN, J. (29 de julio de 1936): Entrevista con el general Franco [íntegra], News Chronicle.

 
Esquema del periodo y Mapa sublevación militar julio de 1936

"Al siguiente día del alzamiento militar el gobierno republicano se encontró en esta situación: por un lado tenía que hacer frente al movimiento que desde las capitales y provincias ocupadas (el noroeste y el centro de la Península y buena parte de Andalucía) tomaba la ofensiva contra Madrid; y por otro, a la insurrección de las masas proletarias, que sin atacar directamente al gobierno, no le obedecían. Para combatir al Fascismo, querían hacer una revolución sindical. La amenaza más fuerte era sin duda el alzamiento militar, pero su fuerza principal venía, por el momento, de que las masas desmandadas dejaban inerme al gobierno frente a los enemigos de la República. Reducir aquellas masas a la disciplina, hacerlas entrar en una organización militar del estado, con mandos dependientes del gobierno, para sostener la guerra conforme a los planes de un Estado Mayor, ha constituido el problema capital de la República". AZAÑA, M. (1936): Escritos políticos y de guerra.
Pueblo de Cataluña, Vasconia, Galicia, españoles todos: a defender la República democrática; a consolidar la victoria lograda por el pueblo el 16 de febrero. El Partido Comunista os llama a todos a la lucha. Os llama a todos, trabajadores, a ocupar un puesto en el combate para aplastar definitivamente a los enemigos de la República y de las libertades populares. ¡Viva el Frente Popular! ¡Viva la unión de todos los antifascistas! ¡Viva la República del pueblo!. IBÁRRURI, D. (1936): Discurso del 19 de julio de 1936.
El Gobierno de la República Francesa, deplorando los trágicos acontecimientos de que es teatro España; decidido a abstenerse rigurosamente de cualquier injerencia directa o indirecta en los asuntos internos de ese país; animado de la voluntad de evitar cualquier complicación perjudicial al mantenimiento de las buenas relaciones entre los pueblos; declara lo siguiente:
1.- El Gobierno francés prohíbe, en lo que le concierne, la exportación directa o indirecta, la reexportación y el tránsito con destino a España, posesiones españolas y zona española de Marruecos, de todas las armas, municiones, material de guerra, así como de todas las aeronaves montadas o desmontadas y de toda nave de guerra [...]
3.- El Gobierno francés tendrá informados a los otros Gobiernos participantes en este acuerdo [...]
4.- El Gobierno francés, en lo que le concierne, pondrá en ejecución esta declaración apenas se hayan adherido a ella los gobiernos británico, alemán, italiano, soviético y portugués [...]. Gobierno de la República Francesa (1936): Declaración pública del 15 de agosto de 1936.

Gráfico muertes de la guerra

"¿Cómo se explica, pues, que hayan apoyado el actual alzamiento los prelados españoles y el mismo Romano Pontífice haya bendecido a los que luchan en uno de los campos? La explicación plenísima nos la da el carácter de la actual lucha, que convierte a España en espectáculo para el mundo entero. Reviste, sí, la forma externa de una guerra civil; pero, en realidad, es una cruzada. [...] cuando los sacrilegios, asesinatos e incendios se han verificado antes de todo apoyo oficial de la Iglesia; cuando el Gobierno no contestó siquiera a las razonadas protestas del Romano Pontífice; cuando el mismo gobierno ha ido desapareciendo de hecho, [...] y se ha visto desbordado por turbas anarquizantes [...] ¡ah! Entonces ya nadie ha podido recriminar a la Iglesia porque se haya abierta y oficialmente pronunciado a favor del orden y contra la anarquía, a favor de la implantación de un gobierno jerárquico contra el disolvente comunismo [...]. Ya no se ha tratado de una guerra civil, sino de una Cruzada por la religión y por la Patria y por la civilización" [Iglesia católica y Guerra Civil] . PLA y DENIEL, E., obispo de Salamanca, (septiembre de 1936): Las dos ciudades [pastoral].

"La situación de hecho de la Iglesia, a partir de julio pasado, en todo el territorio leal, excepto el vasco, es la siguiente:
a) Todos los altares, imágenes y objetos de culto, salvo muy contadas excepciones, han sido destruidos, los más con vilipendio.
b) Todas las iglesias se han cerrado al culto, el cual ha quedado total y absolutamente suspendido.
c) Una gran parte de los templos, en Cataluña con carácter de normalidad, se incendiaron.
d) Los parques y organismos oficiales recibieron campanas, cálices, custodias, candelabros y otros objetos de culto, los han fundido y aún han aprovechado para la guerra o para fines industriales sus materiales.
e) En las iglesias han sido instalados depósitos de todas clases, mercados, garajes, cuadras, cuarteles, refugios y otros modos de ocupación diversos, llevando a cabo –los organismos oficiales que os han ocupado– en su edificación obras de carácter permanente  [...]
f) Todos los conventos han sido desalojados y suspendida la vida religiosa en los mismos. Sus edificios, objetos de culto y bienes de todas clases fueron incendiados, saqueados, ocupados y derruidos.
g) Sacerdotes y religiosos han sido detenidos, sometidos a prisión y fusilados sin formación de causa por miles, hechos que, si bien amenguados, continúan aún, no tan sólo en la población rural, donde se les ha dado caza y muerte de modo salvaje, sino en las poblaciones. Madrid y Barcelona y las restantes grandes ciudades suman por cientos los presos en sus cárceles sin otra causa conocida que su carácter de sacerdote o religioso. 
h) Se ha llegado a la prohibición absoluta de retención privada de imágenes y objetos de culto. La policía que practica registros domiciliarios, buceando en el interior de las habitaciones, de vida íntima personal o familiar, destruye con escarnio y violencia imágenes, estampas, libros religiosos y cuanto con el culto se relaciona o lo recuerde". IRUJO M. de (enero 1937): Memorándum.

"La Guerra Civil en 13 minutos", por Memoria de Pez.

“Por eso, una derrota que al atardecer del 6 de noviembre podía considerarse inminente, cierta y completa, se vio, primero, conjurada y, enseguida, se trocaría en el lado de la defensa en posibilidad de victoria, porque en el cuadro operativo había variado radicalmente el poder de los factores que definen la potencialidad y la capacidad de acción en su significado espiritual; y el desequilibrio que mediada la tarde del 6 de noviembre se revelaba a favor de uno de los beligerantes, al llegar la tarde del 7, tal vez al amanecer de ese día, se había volcado del lado opuesto, por virtud del objetivo. Esta relación hombre-objetivo que hay en toda batalla [...], en la de Madrid imprimió a la lucha un extraordinario apasionamiento. Las ideas y los sentimientos dieron en todos los tiempos a la lucha un carácter apasionado; en Madrid se cumpliría una vez más esa ley, cuando las ideas y los sentimientos nobles vibraron en la mente y en el corazón del combatiente, mostrándole el deber en su más alto significado: allí, en Madrid, tenía el hombre, sin convencionalismos de ninguna especie, su presente, su pasado, y la luz que alumbraba su futuro; la tierra querida donde había asentado su hogar, y el sol que lo vivificaba; tenía también su mujer y sus hijos; sus padres, vivos o muertos; su patrimonio; sus jefes naturales o legales, y sus camaradas de trabajo... cuanto había sido y seguiría siendo el soporte de una vida. Había que cederlo, huyendo vergonzosamente, si se sentía incapaz de afrontar una superioridad que le abrumaba, o defenderlo a costa de cualquier sacrificio: y se decidió a defenderlo. Así se produjo por la índole del objetivo y por un proceso muy elemental y rápido, pero muy humano, la aparición de la nueva moral de guerra que presidiría la lucha. Esa moral se vería pronto exaltada merced a los primeros felices resultados de las operaciones de guerra en el lindero de la capital, y enseguida se extendería y arraigaría en los demás frentes de guerra de la nación, haciendo de la batalla de Madrid la de más trascendental repercusión en el transcurso de la guerra. El mismo trágico despertar que tuvo la conciencia nacional el 2 de mayo de 1808, se produjo el 7 de noviembre de 1936. En el siglo XIX el hombre español alcanzó la victoria, no sólo por su insuperable heroísmo, sino porque los demás pueblos de Europa cumplirían su deber combatiendo a quienes aspiraban a convertirse en amos del viejo continente. En el siglo XX no pudo alcanzarla porque los demás pueblos de Europa, por su cobardía o su egoísmo, no sólo no lo cumplieron, sino que se hicieron cómplices de quienes pronto, inmediatamente después de la guerra de España, dejaron al descubierto sus apetitos de dominación en Europa [Brigadas Internacionales y Legión Condor]. Como derivación del carácter anterior la batalla de Madrid es eminentemente ofensiva por una parte de los contendientes, y exclusivamente defensiva para el otro. El primero se servirá, al comienzo, del ataque directo para derribar el frente decisivo y penetrar en la ciudad mediante una maniobra de ala. Fracasada ésta recurrirá al ataque indirecto, maniobrando contra las comunicaciones mediante acciones de ruptura y desbordamiento, primero sobre el ala derecha de la defensa, después por el ala izquierda, y, al no alcanzar el resultado perseguido, montará una amplia maniobra de envolvimiento con los medios y tropas italianas motomecanizadas, visando, con el de la ciudad, el cerco de la totalidad del Ejército del Centro. En tal empeño vería también fracasado su plan de maniobra. El segundo, el defensor, se contrae a aplicar las formas clásicas de la acción defensiva: resistencia a todo trance, contraataque y defensa activa. Pero no reproduce las formas o fórmulas heredadas de la primera Guerra Mundial, con las dos líneas teóricamente ineludibles de Seguridad y Resistencia, o con el sistema de posiciones sucesivas. Normalmente no empleaba más que una línea o posición de combate, la que ocupaban las fuerzas del primer escalón; aunque su organización fuese profunda son sostenes y reservas dispuestas a alimentar la defensa y contraatacar. Así se luchó defensivamente en la batalla de Madrid y se triunfó, siendo el rasgo más sobresaliente de esa batalla la simplicidad. Pero simultáneamente a este rasgo se ofrece este otro contradictorio: el de la complejidad, motivado por la multiplicidad de acciones que el Comando hubo de afrontar durante la lucha.” ROJO LLUCH, V. (1968): Así fue la defensa de Madrid, pp. 230-231.

Mapas de la evolución de la guerra

1. Asegurar la independencia absoluta y la integridad total de España.
2. Liberación de nuestro territorio de las fuerzas militares extranjeras […].
3. República popular […] que se asiente sobre principios de pura democracia […].
4. La estructuración jurídica y social de la República será obra de la voluntad popular libremente expresada, mediante el plebiscito […].
5. Respeto a las unidades regionales, sin menoscabo de la unidad española […]
6. El Estado garantizará la plenitud de los derechos del ciudadano […].
7. El Estado garantizará la propiedad legal y legítimamente adquirida, dentro de los límites que imponga el supremo interés nacional […]
8. Profunda reforma agraria […].
9. El Estado garantizará los derechos del trabajador […].
10. Será preocupación primordial del Estado la mejora cultural, física y moral de la raza.
11. Ejército español […] estará libre de toda hegemonía de partido.
12. El Estado español se reafirma en la doctrina constitucional de renuncia a la guerra […].
13. Amplia amnistía para los españoles que quieran cooperar en la inmensa tarea de reconstrucción y engrandecimiento de España […]". NEGRÍN, J. (mayo 1938): 13 puntos.

Artículo 1º.- Se declara la responsabilidad política de las personas, tanto jurídicas como físicas, que desde primero de octubre de mil novecientos treinta y cuatro y antes de dieciocho de julio de mil novecientos treinta y seis, contribuyeron a crear o a agravar la subversión de todo orden de que se hizo víctima a España, y de aquellas otras que, a partir de la segunda de dichas fechas, se hayan opuesto o se opongan al Movimiento Nacional con actos concretos o con pasividad grave.
Artículo 2º.- Como consecuencia de la anterior declaración [...] quedan fuera de la ley todos los partidos y agrupaciones políticas y sociales que, desde la convocatoria de las elecciones celebradas en dieciséis de febrero de mil novecientos treinta y seis, han integrado el llamado Frente Popular, así como los partidos y agrupaciones aliados y adheridos a éste por el solo hecho de serlo, las organizaciones separatistas y todas aquellas que se hayan opuesto al triunfo del Movimiento Nacional.
Artículo 3º.- Los partidos, agrupaciones y organizaciones declaradas fuera de la Ley, sufrirán la pérdida absoluta de sus derechos de toda clase y la pérdida total de sus bienes. Ley de Responsabilidades políticas, 9 de febrero de 1939.

Parte Oficial de guerra correspondiente al 1º de Abril de 1939, III Año Triunfal. En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército rojo, han alcanzado las tropas Nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. Burgos, 1º de Abril de 1939. Año de la Victoria. El Generalísimo: Franco.
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Cine: La vaquilla (1985); ¡Ay, Carmela! (1990); Tierra y Libertad (1995); y Repertorios 1 y 2 de películas y series de tv .
FUENTES: IES Mar de Aragón de Caspe; IES Tomás Navarro Tomás de Albacete; Fundación Francisco FrancoCultura y propaganda de la Guerra Civil; PúblicoZonuRequetés; IES Asta Regia de Jerez de la Frontera; Wikimedia; y J. J. Martínez.