Puerta de los Visires, Bab al-Wazara o San Esteban, Mezquita Córdoba (s. VIII)
Musa nombró a un liberto suyo, jefe de la vanguardia, llamado Tariq ibn Ziyad, persa de Hamadán, aunque otros dicen que no era liberto suyo, sino de la tribu Sadif, para que fuese a España con 7.000 muslines, en su mayor parte bereberes y libertos, pues había poquísimos árabes, y pasó en el año 92 [711]. [... Rodrigo] estaba ausente de la corte, combatiendo a Pamplona, y desde allí se dirigió hacia el mediodía, cuando ya Tariq había entrado, habiendo reunido contra éste un ejército de cien mil hombres o cosa semejante, según se cuenta. Apenas llegó esto a noticia de Tariq, escribió a Musa, pidiéndole más tropas y dándole parte de que se había hecho dueño de Algeciras [...] pero que el rey de España venía contra él con un ejército que no podía contrarrestar. Musa, que desde la partida de Tariq había mandado construir barcos y tenía ya muchos, le mandó con ellos 5.000 hombres, de suerte que el ejército acaudillado por Tariq llegó a 12.000 [...]. Encontráronse Rodrigo y Tariq, que había permanecido en Algeciras, en un lugar llamado el Lago [de la Janda?], y pelearon encarnizadamente; mas las alas derecha e izquierda, al mando de Sisberto y Obba, hijos de Witiza, dieron a huir, y aunque el centro resistió algún tanto, al cabo Rodrigo también fue derrotado, y los muslines hicieron una gran matanza en los enemigos. Rodrigo desapareció. AJBAR MACHMÚA (s. XI) [Crónica bereber anónima]
En la era [hispánica] del 749, mientras por dichos enviados [Tariq y otros] se devastaba España y se combatía con gran furor, no sólo contra los enemigos, sino también entre sí, Muza [...] entró hasta la ciudad real de Toledo, castigando a las ciudades vecinas con mala paz fraudulenta, y a algunos nobles señores varones que de algún modo se habían quedado, llegando a Toledo huyendo de Opas, hijo del rey Egica, los mató con la espada en el patíbulo, y con este motivo mató a todos con la espada. De este modo, no sólo la España Ulterior, sino también la Citerior, hasta Zaragoza, antiquísima y floreciente ciudad, abierta ya por manifiesto juicio de Dios, la despobló con la espada, el hambre y el cautiverio; destruyó, quemándolas con el fuego, las bellezas ciudadanas; envió a la cruz a los señores y poderosos del siglo, y descuartizó con los puñales a los jóvenes y pequeños. Y así incita a todos con semejante terror, y algunas ciudades que habían quedado, viéndose forzadas, piden la paz, y persuadiendo o burlando con astucia a algunos, no del modo acostumbrado, concede lo pedido. Pero los que, habiéndola obtenido, se niegan a obedecer, aterrados por el miedo, e intentan huir a los montes, mueren de hambre y de diversas muertes. Y en la misma desgraciada España, en Córdoba, en la antigua sede patricia, que siempre había sido la más opulenta de las ciudades vecinas y hacía las delicias del reino visigodo, colocan el inhumano reino. Crónica Mozárabe (754).
En la era [hispánica] del 749, mientras por dichos enviados [Tariq y otros] se devastaba España y se combatía con gran furor, no sólo contra los enemigos, sino también entre sí, Muza [...] entró hasta la ciudad real de Toledo, castigando a las ciudades vecinas con mala paz fraudulenta, y a algunos nobles señores varones que de algún modo se habían quedado, llegando a Toledo huyendo de Opas, hijo del rey Egica, los mató con la espada en el patíbulo, y con este motivo mató a todos con la espada. De este modo, no sólo la España Ulterior, sino también la Citerior, hasta Zaragoza, antiquísima y floreciente ciudad, abierta ya por manifiesto juicio de Dios, la despobló con la espada, el hambre y el cautiverio; destruyó, quemándolas con el fuego, las bellezas ciudadanas; envió a la cruz a los señores y poderosos del siglo, y descuartizó con los puñales a los jóvenes y pequeños. Y así incita a todos con semejante terror, y algunas ciudades que habían quedado, viéndose forzadas, piden la paz, y persuadiendo o burlando con astucia a algunos, no del modo acostumbrado, concede lo pedido. Pero los que, habiéndola obtenido, se niegan a obedecer, aterrados por el miedo, e intentan huir a los montes, mueren de hambre y de diversas muertes. Y en la misma desgraciada España, en Córdoba, en la antigua sede patricia, que siempre había sido la más opulenta de las ciudades vecinas y hacía las delicias del reino visigodo, colocan el inhumano reino. Crónica Mozárabe (754).
Mapas conquista musulmana y Crisis del Emirato
En el nombre de Allah, el misericordioso, el compasivo: éste es el escrito de ‘Abd al-Aziz ben Musà para Tudmir ben Gandaris; ya que se ha sometido a la paz, que tenga el pacto de Allah y su confirmación, y no se le retrasen sus noticias y sus enviados, y que tiene la protección de Allah y de su profeta, de que no se le impondrá a nadie sobre él, ni se rebajará a nadie de sus compañeros para mal, que no serán cautivados, y que no se separará entre ellos y sus mujeres y sus hijos; que no se quemarán sus iglesias, y que no se les forzará en su religión, y que su paz es sobre siete ciudades: Uriula [Orihuela], Mula, Lurqa [Lorca], Blntla, Lqnt, [Alicante] Iyih y Ils [Elche], y que no deje de cumplir lo pactado, y que no deshaga lo acordado, y que cumpla lo que le hemos impuesto y le hemos obligado a cumplir; que no nos oculte noticia que sepa, y que él y sus compañeros tienen el impuesto de las parias, que son: para el hombre libre un dinar, cuatro almudes de trigo, cuatro de cebada, cuatro medidas de vinagre, una medida de miel y una de aceite; y para todos los esclavos, la mitad de esto. Atestiguaron esto: ‘Utman ben ‘Ubayda al-Qurasi, Habib ben Abi Ubayda al-Qurasi, Sadun ben ‘Abd Allah al-Rabi, Sulayman ben Qais al-Tuyibi, Yahya ben Yamar al-Sahmi, Bisr ben Qays al-Lajmi, Yiguis ben ‘Abd Allah al-Azdi y Abu Asim al-Hadli. se escribió en rayab del año 94. AL-UDRI (Siglo XI): Tarsi al-ajbar. [Pacto de Teodomiro (713)]
En el nombre de Dios, clemente y misericordioso. Carta de seguro otorgada por el rey engrandecido Abd al-Rahman [I] a los patricios, monjes, príncipes y demás cristianos españoles de la gente de Castella y a sus secuaces de las demás comarcas. Les otorga seguro y paz, obligándose a no quebrantarles este pacto mientras ellos paguen anualmente diez mil onzas de oro, diez mil onzas de plata, diez mil cabezas de los mejores caballos y otros tantos mulos, además de mil armaduras, mil cascos de hierro y otras lanzas, por el nombre de Dios, clemente y misericordioso. Carta de seguro otorgada por el rey engrandecido Abd al-Rahman a los patricios, monjes, príncipes y demás cristianos españoles de la gente de Castella y a sus secuaces de las demás comarcas. Les otorga seguro y paz, obligándose a no quebrantarles este pacto mientras ellos paguen anualmente diez mil onzas de oro, diez mil onzas de plata, diez mil cabezas de los mejores caballos y otros tantos mulos, además de mil armaduras, mil cascos de hierro y otras lanzas, por espacio de cinco años. Se escribió esta carta en la ciudad de Córdoba a tres de Safar del año 142 [758]. IBN AL-JATIB (1313): Ihala fi-I-Tarif Garnata.
Al-Hakam tuvo en España tres grandes conflictos. Uno de ellos el de Toledo, que fue así: Los toledanos eran gente tan revoltosa e insubordinada que no hacían caso de los gobernadores […] Vivía entre ellos el poeta Garib el Toledano, hombre experto y astuto, por cuyo consejo los de Toledo se dejaban guiar, y no podía esperarse que la autoridad pudiera dominarles mientras él viviese. A su muerte hizo venir Al-Hakam a Amrus desde Huesca le nombró gobernador de Toledo y le hizo construir una alcazaba en el centro de la ciudad y no en un extremo. Edificó, pues, en él un alcázar y sacó la tierra de un foso que se hizo en el interior de ese palacio. Cuando se terminó la obra se reclutó gente en Córdoba y otras partes, y Al-Hakam mandó a su hijo Abd al-Rahman, que entonces tenía catorce años, y a tres de sus ministros, que se fuesen allí. Al llegar el ejército a las inmediaciones de Toledo, Amrus dijo entonces a los toledanos: "No habrá más remedio que salir a visitar al príncipe, cuya vida guarde Dios; vosotros también tendréis que hacer lo mismo". El y los toledanos fueron a visitarlo. Después encomendaron a los toledanos que se invitara al príncipe a entrar en Toledo para que les hiciese ese honor y le invitasen a comer en la fortaleza. Se le había encargado anteriormente a Amrus, cuando construyó la fortaleza, que tuviese dos puertas. Sucedió, pues, que preparado el banquete en el día siguiente, disponiendo que asistiesen las personas principales, tanto de la ciudad como del campo, efectivamente, se presentaron los toledanos y se les mandó que entrasen por una puerta y las cabalgaduras se mandasen a la otra, por donde habían de salir. Los verdugos se colocaron al borde del foso y a todos los que entraban les cortaban el cuello, hasta que ascendió el número de los muertos a cinco mil trescientos y pico. La visión de la espada se le fijó a Abd al-Rahman en los ojos; nunca pudo borrarla mientras vivió. IBN AL-QUTIYA (): Iftitah al-Andalus.
Al-Ándalus: del Reino Visigodo al Califato de Córdoba
En 198 [31 de Agosto de 813] tuvo lugar en Córdoba la revuelta llamada del arrabal [...]. El príncipe omeya reinante Al-Hakam ben Hixam casi no se ocupaba más que en jugar, cazar, beber y otros placeres semejantes y, por otra parte, la ejecución de muchos de los principales habitantes de la ciudad le hicieron odioso a la población, que era injuriada y maltratada por los mercenarios del emir. El desorden llegó a tal punto que, cuando se convocaba a la plegaria, el pueblo gritaba: "¡Ven a rezar, borracho, ven a rezar!", y cuando alguno lanzaba esta injuria, el resto aplaudía. Entonces, Al-Hakam comenzó a rodear Córdoba con un recinto fortificado, protegido con zanjas: acuarteló la caballería en la puerta de su palacio, donde había siempre tropas armadas, y aumentó el número de sus soldados. Todas estas preocupaciones no hicieron más que acrecentar el odio de la población [...]. Enseguida estableció el impuesto del diezmo sobre las mercaderías, impuesto que habría de cobrarse cada año sin remisión, lo que fue mal visto por el pueblo. Al-Hakam capturó a diez de los principales exaltados y los hizo ejecutar y crucificar, con lo que dio origen a la cólera de las gentes del arrabal. Añádese a todo esto que un mameluco del príncipe llevó su espada a casa de un bruñidor para hacerla limpiar, y como este la remitiera a su dueño más tarde de lo convenido, el mameluco tomó la espada y golpeó con ella al obrero hasta dejarle muerto. Ocurrió esto en Rabadán [abril-mayo del 814] del año referido. Las gentes del arrabal meridional empuñaron los primeros las armas, y todos los otros arrabales les siguieron. El "chund", los omeyas y los esclavos negros se concentraron en el palacio y Al-Hakam procedió a la repartición de los caballos y de las armas [...]. Se entabló la lucha y fue favorable a las gentes del arrabal, que cercaron el palacio. Entonces Al-Hakam descendió de la terraza donde se encontraba y fue, a caballo y armado, a reanimar el valor de los suyos, que se batieron a su vista con encarnizamiento [...]. Al-Hakam consultó con Abd al-Qarim ben Abd al-Wahid ben Abd al-Mugayth, su último confidente, quien le aconsejó clemencia. Tal fue el partido que tomó el príncipe, a pesar del dictamen contrario emitido por otro, y perdonó a los rebeldes, pero con amenaza de muerte y crucifixión para todos los habitantes del arrabal que no hubiesen partido del arrabal en el plazo de tres días. Los sobrevivientes salieron a escondidas, expuestos a toda clase de penas y humillaciones, llevando lejos de Córdoba a sus mujeres, sus hijos, sus riquezas de más fácil transporte. Los soldados y malhechores estaban en acecho para saquearles y mataban a quienes osaban resistir. Terminando el plazo de tres días, Al-Hakam [...] hizo destruir el arrabal meridional [de Secunda]. Ben al-Athir (): Kamil fi-I-Tarif (La Historia Completa).
El emir Abderramán [II] ibn Alhakén fue el primero de los califas marwaníes que dio lustre a la monarquía en Al-Ándalus, la revistió con la pompa de la majestad y le confirió carácter reverencial, eligiendo a los hombres para las funciones, haciendo visires a personas perfectamente capaces y nombrando alcaides a paladines probados; en sus días aparecieron excelentes visires y grandes alfaquíes y le vinieron muchos inmigrantes. Sostuvo correspondencia con soberanos de diversos países, erigió alcázares, hizo obras, construyó puentes, trajo agua dulce hasta su Alcázar desde las cimas de las montañas. IBN HAYYAN (siglo XI): Al-Muqtabis.
Cuando ben Hafsún vio a al-Mundir levantar el sitio al ocurrir la muerte de su padre [...] se puso en seguida en movimiento, y envió mensajeros a todas las plazas fuertes situadas entre Alhama y el litoral, y todas reconocieron su autoridad. Se dirigió hacia Priego y la montaña de Xeiba, y allí se apoderó de inmensas riquezas. Hizo todo ello sin grandes medios de acción, y sin mucho dinero, ni muchas tropas, pero servía de castigo entre las manos de Dios, que le empleaba para hacer sentir su venganza a sus servidores. Apareció en una época turbada, cuando corazones endurecidos e inclinados al mal, y espíritus malignos buscaban las malas ocasiones y apetecían la guerra civil. Y por ello, al sublevarse encontró el pueblo en su misma disposición de ánimo, y dispuesto a hacer causa común con el. Las poblaciones se reunieron a su alrededor, y se dirigió a su amor propio con estas palabras: "Desde hace demasiado tiempo habéis tenido que soportar el yugo de este sultán, que os toma vuestros bienes y os impone cargas aplastantes, mientras los árabes os oprimen con sus humillaciones, y os tratan como esclavos. No aspiro sino a que os hagan justicia, y a sacaros de la esclavitud." Tales palabras de Ben Hafsún hallaban siempre una acogida favorable, y el reconocimiento de las masas. Y así consiguió la adhesión de los habitantes de las fortalezas. IBN IDARI (): Al-Bayan [Revuelta de Umar ibn Hafsún].
Conquista musulmana por Wikipedia
La teoría alternativa de OLAGÜE, I. (1974): La revolución islámica de Occidente.
Valiato o Emirato Dependiente de Damasco por
Emirato Independiente de Al-Ándalus por
Cronología de Al-Ándalus, por De re militaris.
Listado de gobernantes del Emirato y el Califato, por Lluis Belenes.
Numismática "Monedas del Emirato y Navarra" de Numischannel.
Audiovisuales "Islám y resistencia cristiana" de Memoria de España; "El origen de Al-Ándalus" y "El emirato" de El legado andalusí; "Abd Al Rahman I" de Dinastías; "Reino de Asturias vs Emirato" por Esto es otra Historia; e "Historia de la mezquita-catedral de Córdoba" por Academia Play.
Podcast "De la invasión al Emirato independiente", "La amenaza del norte" y "El fín del Emirato" por Antena Historia; y "Abd Al Rhaman I" y "Abd Al Rhaman II" de Pasajes de la Historia.
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FUENTES: Arte Córdoba.es, Condado de Castilla.es, Aula de Historia; y GARCÍA DE CORTÁZAR, F. (2005): Atlas de Historia de España.