"Danza morisca" (1526), por C. Weiditz.
Siguiéronse luego ofensas en su lei, en las haciendas, i en el uso de la vida así quanto a la necesidad, como quanto al regalo, a que es demasiadamente dada esta Nación. Porque la Inquisición los comenzó a apretar más de lo ordinario. El Rei les mandó dejar la habla morisca, i con ella el comercio i comunicación entre sí; quitóseles el servicio de los esclavos negros a quienes criavan con esperanzas de hijos, el hábito morisco en que tenían empleado gran caudal; obligároslos a vestir castellano con mucha costa, que las mugeres trujesen los rostros descubiertos, que las casas acostumbradas a estar cerradas estuviesen abiertas: lo uno i lo otro tan grave de sufrir entre gente celosa. Hubo fama que les mandavan tomar los hijos i pasallos a Castilla. Vedárosles el uso de los baños, que eran su limpieza i entretenimiento; primero les havían prohibido la música, cantares, fiestas, bodas, conforme a sus costumbre, i cualquier juntas de pasatiempo. Salió todo esto junto sin guardia, ni provisión de gente; sin reforzar presidios viejos, o firmar otros nuevos. I aunque los moriscos estuviesen prevenidos de lo que havía de ser, les hizo tanta impresión, que antes pensaron en la venganza que en el remedio.
Años havían que tratavan de entregar el reino a los príncipes de Berbería o al Turco; más la grandeza del negocio, el poco aparejo de armas, vituallas, navíos, lugar fuerte donde hiciesen cabeza, el poder grande del Emperador, i del Rei Felipe su hijo enfrenava las esperanzas, e imposibilitava las resoluciones; especialmente estando en pie nuestras plazas mantenidas en la costa de Africa, las fuerzas del Turco tan lejos, los de los corsarios de Argel más ocupadas en presas i provecho particular que en empresas difíciles de tierra; fuéronseles con estas dificultades dilatando los designios, apartándose ellos de los del reino de Valencia, gente menos ofendida, i más armada. En fin, creciendo igualmente nuestro espacio por una parte, i por otra los excesos de los enemigos tanto en número, que ni podían ser castigados por manos de justicia ni por tan poca gente como la del Capitán General, eran ya sospechosas sus fuerzas para encubiertas, aunque flacas para puestas en egecución. El pueblo de cristianos viejos adivinava la verdad, cesava el comercio i paso de Granada a los lugares de la costa, todo era confusión, sospecha, temor, sin resolver, proveer, ni egecutar. Vista por ellos esta manera en nosotros, i temiendo que con mayor aparejo les contraviniésemos, determinaron algunos de los Principales de juntarse en Cadiar, lugar de Granada, i la Mar i el río de Almería, a la entrada de la Alpuxarra. Tratose del quando i como se devían descubrir unos a otros, de la manera del tratado i egecución; acordaron que fuese en la fuerza del Imperio: porque las noches largas les diesen tiempo para salir de la montaña i llegar a Granada, i a una necesidad tornarse a recoger i poner en salvo; quando nuestras galeras reposaban repartidos por los invernaderos i desarmadas; la noche de Navidad, que la gente de todos los pueblos están en las Iglesias, solas las casas, i las personas ocupadas en oraciones i sacrificios; quando descuidados, desarmados, torpes con el frío, suspensos con la devoción, fácilmente podían ser oprimidos de gente atenta, armada, suelta i acostumbrada a saltos semejantes. HURTADO DE MENDOZA, D. (1627): Historia de la guerra de Granada.
Mapa España morisca
Primeramente, que todos los moriscos de este reino, así hombres como mujeres, con sus hijos, dentro de tres días de cómo fuere publicado este bando en los lugares donde cada uno vive y tiene su casa, salgan de él y vayan a embarcarse a la parte donde el comisario, que fuere a tratar de esto, les ordenare; llevando consigo de sus haciendas los muebles, los que pudieren en sus personas, para embarcarles en las galeras y navíos que están aprestados para pasarlos a Berbería, a donde los desembarcarán, sin que reciban mal tratamiento, ni molestia en sus personas, ni los que llevaren, de obra ni de palabra, advirtiendo que se les proveerá en ellos del bastimiento necesario para su sustento durante la embarcación y ellos de por si lleven también el que pudieren. Y ele que no cumpliere o excediere en un punto de lo contenido en este bando, incurra en pena de vida que se ejecutará irremisiblemente. [...] Que cualquiera de los dichos moriscos que, publicado este bando, y cumplidos los tres días fuese hallado desmandado fuera de su propio lugar, por caminos u otros lugares hasta que sea hecha la primera embarcación, pueda cualquier persona, sin incurrir en pena alguna, prenderle y desvalijarle, entregándole al Justicia del lugar más cercano [...]. Decreto de expulsión de los moriscos. Valencia, 22 de septiembre de 1609.
1609: la tragedia de los moriscos
Mudejar; Expulsión de los moriscos; y Literatura aljamiada; por Wikipedia.
Audiovisuales "Los moriscos: andalusíes, mudéjares y moricos"; "Ricote, último reducto morisco de la PI"; "La expulsión de los moriscos"; y "El legado morisco"; y vídeos "Moriscos" del programa Tesis de Canal Sur ; y "Memoria de los moriscos: escritos y relatos de una diáspora cultural", por la Biblioteca Nacional.
Podcasts del programa de radio Documentos RNE de RTVE "La expulsión de los moriscos"; y conferencia "La expulsión de los moriscos: razones de una tragedia" partes 1 y 2; por el CEIC Alfons el Vell.
BOASE, R.: La expulsión de los musulmanes de España: un antiguo ejemplo de limpieza étnica y religiosa.
GOYTISOLO, J.: "Moriscos, la historia incómoda"; El país, 15-03-09.
El centenario de la expulsión de los moriscos; ABC, 01-05-09.
Los Libros Plúmbeos del Sacromonte; por Wikipedia y Curiosidades de nuestro pasado andalusi.
Literatura de mudéjares y moricos por Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
FUENTES: Wikipedia, Wikisource y Testigo.
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