Actualizado a 08 de abril de 2024

Arte Clásico: Roma

Anfiteatro Flavio o Coliseo (80)

La disposición es el arreglo conveniente de todas las partes, de suerte que, colocadas según la calidad de cada una, formen un conjunto elegante. Las especies de disposición, llamadas en griego "ideas", son el trazado en planta, en alzado y en perspectiva . La planta es un dibujo en pequeño, hecho a escala determinada con compás y regla, que ha de servir luego para el trazado de la planta sobre el terreno que ocupará el edificio. El alzado es una representación en pequeño y un dibujo ligeramente coloreado, de la fachada y de su figura por elevación, con las correspondientes medidas de la obra futura. La perspectiva es el dibujo sombreado no sólo de la fachada, sino de una de las partes laterales del edificio, por el concurso de todas las líneas visuales en un punto. [...] La euritmia es el bello y grato aspecto que resulta de la disposición de todas las partes de la obra, como consecuencia de la correspondencia entre la altura y la anchura y de éstas con la longitud, de modo que el conjunto tenga las proporciones debidas. [...] La simetría o proporción es una concordancia uniforme entre la obra entera y sus miembros, y una correspondencia de cada una de las partes separadamente con toda la obra. Porque así como en el cuerpo humano hay una proporción y una simetría entre el codo, el pie, la palma de la mano, el dedo y las restantes partes, ocurre igual en toda construcción perfecta. Y así primeramente, en los templos. [...] La distribución consiste en el debido y mejor uso posible de los materiales y de los terrenos, y en procurar el menor coste de la obra conseguido de un modo racional y ponderado. Por esto el primer cuidado del arquitecto deberá ser no empeñarse en emplear cosas que no pueden obtenerse o no se pueden acopiar a costa de crecidos gastos. [...] Se busca en todos solidez, utilidad y belleza. La primera depende de la firmeza de los cimientos, asentado sobre terreno firme, sin escatimar gastos y sin regatear avaramente los mejores materiales que se pueden elegir. La utilidad resulta de la exacta distribución de los miembros del edificio, de modo que nada impida su uso, antes bien cada cosa esté colocada en el sitio debido y tenga todo lo que le sea propio y necesario. Finalmente, la belleza en un edificio depende de que su aspecto sea agradable y de buen gusto por la debida proporción de todas sus partes. VITRUBIO (27-23 a.C.): Los 10 libros de arquitectura, I.

Por lo demás Nerón se aprovechó de las ruinas de su patria y levantó una mansión en la que no eran tanto de admirar las piedras preciosas y el oro, algo ya antes usual y por entonces lujo muy corriente, como los jardines y estanques y, cual en lugar despoblado, los bosques por una parte, por otra los espacios abiertos y hermosas vistas; fueron los directores y proyectistas de la obra Severo y Céler, que tenían ingenio y osadía bastantes para intentar con el arte incluso lo que la naturaleza había negado y abusar de los recursos del príncipe. [...] la parte de la Ciudad que se salvó [...]se ordenó la alineación de las manzanas, se ensancharon las calles, se limitó la altura de los edificios y se dejaron espacios abiertos, construyéndose en ellos pórticos que protegían la fachada de los bloques. Nerón prometió levantar tales pórticos a sus expensas, y entregar a sus dueños los solares libres de escombros. [...] También que los edificios, en ciertas partes, se trabaran sin vigas, mediante roca de Gabios y Alba, porque esta piedra resiste al fuego [...] que hubiera más y más abundantes fuentes públicas [...] asimismo prohibió las paredes medianeras, de modo que cada casa tuviera un recinto de muros propios. Aquellas medidas, bien acogidas por su utilidad, también contribuyeron a la belleza de la ciudad nueva. TÁCITO (117): Anales, XV, 42-43.

Construcción de la columna de Trajano

La pintura, que transmitía a la posteridad el parecido más perfecto de las personas, ha caído en desuso. Se consagran escudos de bronce, efigies de plata; insensibles a las diferencias de las figuras, se cambian las cabezas de las estatuas y sobre esto, desde hace tiempo, circulan versos satíricos; es esto tan cierto que todos prefieren prestar más atención a la materia empleada que al parecido. Y no obstante, las galerías se adornan con viejos cuadros y se buscan efigies extranjeras. Pero lo apreciado no es otra cosa que el metal de la efigie, sin duda a fin de que el que la herede la destruya o que el lazo de un ladrón se apodere de ella […]. Sí, sin duda parece que la desidia haya perdido las artes; y, como las almas no tienen fisonomía, se descuida también la representación de los cuerpos. Entre nuestros antepasados las cosas eran diferentes: en los atrios no se colocaban ni estatuas de artistas extranjeros, ni bronces, ni mármoles; aparecían alineados unos bustos de cera, cada uno en su propio nicho; imágenes que siempre aparecían dispuestas a seguir el cortejo fúnebre de la familia; jamás un muerto dejó de ser acompañado por todas las generaciones que le habían precedido […]. Que la pasión por los retratos existió antiguamente, ya ha sido probado, no sólo por Ático, el amigo de Cicerón, quien publicó una obra sobre esta materia, sino también por M. Varrón quien tuvo la muy excelente idea de insertar en sus numerosos libros no sólo los nombres, sino mediante la ayuda de algún método, las imágenes de setecientos personajes ilustres. Varrón quiso salvar los semblantes del olvido e impedir que el paso del tiempo actuara contra los hombres. Inventor de una obra capaz de suscitar los celos de los dioses, no sólo dio inmortalidad a estos personajes, sino que además los envió a todos los lugares, a fin de que aquí y allá se les pudiera creer presentes. PLINIO EL VIEJO (77): Historia natural, XXXV, 103.

Si te haces escultor, no serás más que un peón, agotarás tu cuerpo […], no percibirás más que un salario vil y módico […], no serás más que un obrero, un hombre perdido entre la multitud, arrodillado ante los grandes, humilde servidor de los que poseen la elocuencia; vivirás como una liebre destinada a ser presa del más fuerte,. Y, aunque llegues a ser un Fidias o un Policleto, aunque realizases mil obras maestras, lo que se alabará será tu arte, y entre aquellos que lo contemplen no habrá uno solo que desee emularte, ya que, por muy hábil que seas, siempre serás considerado un artesano, un vil obrero que vive del trabajo de sus manos. LUCIANO DE SAMÓSATA (s. II).

Dice Posidonio que hay cuatro clases de artes: vulgares y bajas, recreativas, educativas, liberales. Vulgares son las artes de los obreros, que se sirven de las manos y se ocupan de procurar los medios de vida […] Recreativas son las que tienen como fin el placer de los oídos y los ojos. Son educativas (y tienen estas artes alguna analogía con las liberales) las que los griegos llaman “enkyklioi” y nosotros “liberales”. Pero las únicas artes liberales, o mejor dicho, para hablar con más exactitud, libres, son aquellas cuya preocupación es la virtud. SÉNECA (65): Epístolas morales a Lucilio, 88, 21.

Arte romano from Ángel Yela

Podcast
PRÁCTICAS:
- Arte Romano [1ºESO y Cultura Clásica].
Coraza del Augusto Prima Porta [Cultura Clásica y 2ºBach.]
PBL: "Mosaico romano" [1ºESO].
Pasos para la realización de la actividad:
1. Elegir un mosaico de época romana.
2. Seleccionar los materiales que se van a emplear para la base (doble cartón, cartulina, madera) y las teselas (piedras, goma eva, poliespan, tela).
3. Realizar la recreación del mosaico elegido en el aula.
4. Completar la ficha técnica.
5. Adjuntar a la correspondiente tarea de Teams los siguientes elementos: imagen del mosaico original, imagen de la recreación de alumno y la presente memoria.
Memoria, con ficha técnica y autoevaluación, y tutoriales por Villa romana de la Olmeda, con plantillas; "Mosaicos romanos" por Vivir y sentir el PatrimonioAC Mai uguale (alternativo); y Museos de Zaragoza.
FUENTES: El especial y Arkitectónica.