"Retablo de la independencia de México" (1960), por Juan O'Gorman.
Jamás posesiones tan extensas y colocadas á tan grandes distancias de la metrópoli se han podido conservar por mucho tiempo. A esta dificultad, que comprende a todas las colonias, debemos añadir otras especiales que militan contra las posesiones españolas de Ultramar, a saber: la dificultad de socorrerlas cuando puedan tener necesidad; las vejaciones de algunos de los gobernadores contra los desgraciados habitantes: la distancia de la autoridad suprema á la que tienen necesidad de acudir para que se atiendan sus quejas, lo que hace que se pasen años enteros antes de que se haga justicia á sus reclamaciones; las vejaciones á que quedan expuestos de parte de las autoridades locales en este intermedio; la dificultad de conocer bien la verdad a tanta distancia. [...] A fin de llevar á efecto este gran pensamiento de una manera conveniente á la España, se deben colocar sus infantes en América: el uno como rey de México; otro, rey del Perú, y el tercero, de la Costa Firme. V. M. [Carlos III] tomará el título de Emperador. ABARCA DE BOLEA, P. P., X Conde de Aranda (1783): Memoria secreta sobre América.
El lazo que la unía a España está cortado [...]. Más grande es el odio que nos inspira la Península que el mar que nos separa de ella [...]. El hábito de la obediencia, un comercio de intereses, de luces, de religión, una tierna solicitud por la cuna y por la gloria de nuestro a padres; en fin, todo lo que formaba nuestra esperanza nos venía de España. [...]. Actualmente sucede todo lo contrario. Todo lo sufrimos de esa desnaturalizada madrastra. [...] Somos un pequeño género humano; poseemos un mundo aparte, cercado por dilatados mares, nuevo en casi todas las artes y ciencias, aunque, en cierto modo, viejo en los usos de la sociedad civil. [...] no somos indios ni europeos, sino una especie media entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles: en suma, siendo nosotros americanos por nacimiento y nuestros derechos los de Europa, tenemos que disputar éstos a los del país y mantenernos en él contra la invasión de los invasores. BOLÍVAR, Simón (1815): Carta de Jamaica.
"Emancipación de Hispanoamérica" (3 partes), por Academia play.
¡Americanos! Bajo cuyo nombre comprendo, no sólo a los nacidos en América, sino a los europeos, africanos y asiáticos que en ella residen: tened la bondad de oírme. Las naciones que se llaman grandes en la extensión del globo, fueron dominadas por otras; y hasta que sus luces no les permitieron fijar, su propia opinión, no se emanciparon. [...] Trescientos años hace que la América Septentrional esta bajo la tutela de la nación más católica y piadosa, heroica y magnánima. La España la educó y engrandeció, formando esas ciudades opulentas, esos pueblos hermosos, esas provincias y reinos dilatados que en la historia del universo van a ocupar lugar muy distinguido. Aumentadas las poblaciones y las luces, conocidos todos los ramos de la natural opulencia del suelo, su riqueza metálica, las ventajas de su situación topográfica, los daños que origina la distancia del centro de su unidad, y que ya la rama es igual al tronco; la opinión pública y la general de todos los pueblos, es la de la independencia absoluta de la España y de toda otra nación. Así piensa el europeo, así los americanos de todo origen. [...] Es llegado el momento en que manifestéis la uniformidad de sentimientos, y que nuestra unión sea la mano poderosa que emancipe a la América sin necesidad de auxilios extraños. A la frente de un ejército valiente y resuelto, he proclamado la independencia de la América Septentrional. Es ya libre; es la señora de sí misma; ya no reconoce ni depende de la España, ni de otra nación alguna. Saludadla todos como independiente, y sean nuestros corazones bizarros los que sostengan esta dulce voz, unidos con las tropas que han resuelto morir antes que separarse de tan heroica empresa. No le anima otro deseo al ejército que el conservar pura la santa religión que profesamos, y hacer la felicidad general [...]. ITURBE, A. de (1821): Proclamación de la independencia de México.
La Representación Soberana de la Provincia del Alto Perú, profundamente consciente de la grandeza y del inmenso peso de su responsabilidad [...] declara solemnemente en nombre y con absoluto poder de sus dignos representantes: que ha llegado el fausto día en el que los deseos inalterables y ardientes del Alto Perú, de emanciparse del poder injusto, opresor y miserable del rey Fernando VII, deseo mil veces corroborado por la sangre de sus hijos [...] se erige en Estado soberano e independiente de cualquier otra nación, tanto del viejo como del nuevo mundo [...] y afirmamos que nuestra voluntad irrevocable es gobernarnos a nosotros mismos, ser regidos por una Constitución [...] contando con el sostén inalterable de la santa religión Católica y de los sacrosantos derechos del honor, la libertad, la vida, la igualdad, la propiedad y la seguridad. Declaración de independencia de Bolivia (1825).
La independencia de América Latina from Rafael Urías
Proceso de independencia latinoamericano por Wikipedia; Telemática; Instituto Cervantes; y Biblioteca Nacional de España.
Constituciones hispanoamericanas, por Bibl. Virtual Miguel de Cervantes.
Simón Bolívar por Wikipedia, Bibl. Virtual Miguel de Cervantes, National Geographic Historia
José San Martín por Wikipedia
Audiovisuales
Podcasts "La pérdida de Hispanoamérica" de Memorias de un tambor;
Cine:
FUENTES: Mexicana; Daniel Gómez Valle; Memoria política de México;